22 de mayo de 2012

Consejos para que los padres no frustren a sus hijos tenistas

    Creo que uno de los roles más difíciles en el tenis es el de los padres, que pueden llegar  a saturar a sus hijos con la práctica del deporte. El gusto por el tenis por lo general va pasando de generación en generación. Pero la motivación puede pasar a una presión y saturación para el/la joven tenista, que puede experimentar desde un rechazo a seguir haciendo esta actividad a problemas en la relación padre-hijo.

Ejemplos como los que han sufrido Bernard Tomic, Jelena Dokic, Aravane Rezai o Mirjana Lucic demuestran al extremo lo perjudicial que pueden llegar a ser los padres incluso cuando sus hijos alcanzan exitosos niveles de profesionales.
   He aquí algunos  consejos (si os interesa el tema podéis seguir leyendo aqui) sobre cómo comportarse ante un hijo tenista que está haciendo sus primeras armas. Lo principal es no traspasar frustraciones propias del deporte a su hijo. Si usted nunca fue muy bueno y llegó a competir, no es culpa de su hijo. Aún peor, evite imaginarse a los 10 años que su hijo será tenista profesional; le traspasará una presión innecesaria. Nunca obligar a la práctica del tenis, siempre se debe mantener el amor por el deporte por razones propias, por el gusto de hacerlo.
1.   Enfocarse en el rendimiento y la realización del deporte por sobre el resultado. Preguntar ‘¿Cómo te sentiste?’ o ‘¿Cómo crees que jugaste?’, como prioridad, por sobre el ‘¿Cómo te fue?’ crea una conciencia diferente.
2.   Tratar de demostrar que el deporte es sólo una parte de la vida, no hacerlo una prioridad en el desarrollo como persona. Así, por ejemplo, se debe apoyar la práctica de otros deportes si fuera el caso.
3.   Nunca quitar la independencia en tomas de decisiones. Hacer señas durante los partidos, o intentar dar aportes técnicos-tácticos no sólo pueden ser perjudiciales en el juego mismo sino en una posible falta de confianza para desempeñarse por sí mismos. Mas sobre la independencia aqui.
4.   Enfocarse en dar muestras constantes de apoyo tanto en las victorias y derrotas, nunca dejar el margen a pensar que disminuyó el cariño o el amor por un resultado. El reforzamiento positivo debe ser prioridad por sobre los aspectos negativos.
5.   No crea que se las sabe todas. Si lo tiene en un club o con algún entrenador, confíe en gente que ha estudiado y tiene verdadera experiencia para enseñar a su hijo, tanto en formas de entrenamiento como estilo de juego.
6.   Usted también debe disfrutar. Si su hijo lo pasa muy bien dentro de una cancha de tenis eso debe ser suficiente como meta cumplida. Jamás mostrar demostraciones de enojo o fastidio, e incluso tampoco exagerar las felicitaciones; una simple sonrisa o palmada en la espalda de orgullo puede hacer una gran diferencia. Guiarlos, descubrir y aprender con él.
Ivan Lendl, múltiple campeón de tenis, confiesa algunas cosas muy interesantes respecto este tema:
“Creo que mis padres se portaron muy bien conmigo cuando me inicié en la vida tenística. Me presentaron este juego como una opción, como una actividad que a ellos les encantaba y que quizás me gustaría a mí también. Cuando empecé a jugar un poco en serio me animaron a que hiciera lo que pudiese...al principio la mayor parte del apoyo lo colocaba de ellos. Sin embargo, poco a poco fui depositándolo en preparadores y amigos. Mis padres acertaron en dejarme soltar amarras.... Por ejemplo, cuando derroté a mi madre por primera vez, no volvimos a jugar en forma competitiva nunca. En cambio pasé practicando muchas horas mis golpes con ella”.


Las hermanas Wiliams han pedido a su papa que no las acompañe
durante sus partidos porque las reacciones de este las desconcertan
La pregunta clave para los padres

La propongo como test de evaluación: si esta pendiente y se escuche preguntar a su hijo después de un partido: ¿te divertiste? ENHORABUENA. Pero si escucha preguntar: ¿ganaste?,  es el modelo de padre que no queremos ser, el que presiona, obliga, se dedica a ser entrenador de su hijo, lo reta cuando hace algo mal, vive los triunfos y las derrotas de su hijo como si fuesen propias y como si el orgullo familiar se pusiera en juego en un partido de tenis .
He aquí características comunes que he observado que se repiten ¿se reconoce a Ud.?
-Se hacen entendidos y especialistas en el deporte de su hijo
-Saben todo
-Van a todos los partidos y a muchos entrenamientos
-Andan averiguando toda información que sea útil
-Insultan al árbitro
-Son abonados de la “viveza criolla” y catalogan de “tonto” a su hijo cuando no hace uso de ella.
-Le compran la mejor ropa y lo llevan a que le hagan test, dietas, etc.
-Se sienten parte integrante de la “comunidad deportiva”.
-Están de mal humor cuando su hijo pierde.
-Piensan en cambiar de entrenador o club cuando esto pasa porque el técnico no sabe.
-Está exultante cuando gana y si gana medalla se la cuelga en el pecho.
-Habla con vos con lenguaje “técnico” y creen que todos saben y están interesados acerca de las hazañas de su pollo.
-Palmea la espalda de su hijo (que se pone colorado), cuando cuenta los triunfos de este frente a sus amigos.
-Le controla los horarios al hijo
-No se preocupa demasiado por el tema estudio, “ya va a estudiar”.

Hay muchos ejemplos donde los grandes, los campeones han tenido este modelo de padre. Vaya paradoja, aquello que criticamos es justamente lo que hay que hacer para sacar un campeón, que a fuerza de soportar presiones desde chico se hace invencible y resistente, pero hay un millón de frustrados en el camino, con sueños rotos y traumas de por vida. Acaso ¿alguien podría criticarle al padre sin proyectos, que transforma a su hijo en “ese proyecto”? El cementerio del deporte está lleno de talentos. Talentos que no fueron; o mejor dicho talentos que quedaron en el camino por diferentes motivos: falta de interés, falta de oportunidades, problemas económicos, etc. y presión excesiva por parte de los padres.


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